Siempre me quedo
con la miel en los labios,
paso instantáneamente
de lo dulce a lo amargo.
Rozo el cielo con los dedos
pero no lo alcanzo,
será cuestión de suerte,
o del universo conspirando.
No creo en el destino,
ni en angeles, ni diablos,
lo cierto es que me quedo
siempre con la miel en los labios.
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