A un gran corazón,

 ninguna ingratitud lo cierra,

ninguna indiferencia lo cansa.

 

LEÓN TOLSTOY        

Mezclar en la misma pócima

alegría y tristeza

instantes de  felicidad.

Elixir de lágrimas, 

  gotas de esperanza

 aroma de realidad,

un poco de amargura,

sonrisas para adornar.

Valiente sin esconderme de nadie,



amo, no soy cobarde,

a quién, cuándo y dónde,

sin dar explicaciones,

por que a  nadie le importa

con quién salgo o con quién entro,

ni por qué calles me pierdo,

a nadie le importa

quién acompaña mis días,

quién consuela mis noches.

Valiente sin esconderme de nadie